Un total de 432 niños no se perdieron ayer en Almassora las actividades que acogía la carpa del Recinte Fester en el día de los más jóvenes. Los juegos tradicionales, los hinchables y la fiesta de la espuma hicieron las delicias de los peques en un jueves en el que la localidad recuperó la senda taurina tras el descanso de la jornada en honor a Santa Quitèria.

Lluïsos Almassora, Cruz Roja y la Junta Local de Fiestas se encargaron de organizar los actos dirigidos a los centenares de menores inscritos, que cogieron fuerzas con el almuerzo que repartieron los voluntarios.

Por la tarde, después de que las vacas de los Hermanos Bellés retomaran los festejos a mediodía, fue turno de los bous per la vila, en el que Azulejo no se quedó sujeto al suelo. El primero, de la ganadería La Cardenilla, salió a la plaza Mayor dejando buenas sensaciones con Raúl Robles Raulillo a la rodada. Un primer encuentro al que se sumó José Antonio El Bicho. La expectación puesta en el animal, financiado por Sant Roc, El K-Nut, El Duro, El Desfase, La Gleva, La Kolva, La Trama, La Priva y La Trieka, se fue esfumando tras su paso por La Picaora, en la que no se empleó en las suertes, y recorrió calles y plazas sin más.

AUTORIDADES // Con la reina, Nuria Alcalde, y sus damas, Núria Dealbert y Mar Rouco, presidiendo el balcón del ayuntamiento salió el segundo, de nombre Capotero. Para capote el que le echó una mano divina a Joselito, que se quedó fuera del cadafal a merced del de Arcadio Albarrán. El de la peña El Comboi se fue a los barrotes en lugar de atender a César Palacios, que lo esperaba en la arena. La escena se quedó en un susto y el pantalón rasgado del rodaor de la peña El K-Nut. El astado imitó el comportamiento de su predecesor por las calles de la Vila.

Las reses también fueron protagonistas de las emboladas, cita que ha coincidido con el homenaje que el Ayuntamiento ha rendido al embolador local Gonzalo Izquierdo por su trayectoria.