Los ayuntamientos de Xilxes y Moncofa han trasladado a Acuamed la imposibilidad de asumir el coste de la desaladora en una reunión en la que han participado los alcaldes de ambos municipios, José Martínez y Wesceslao Alós; y el gerente de Acuamed, Álvaro Alcázar. En dicho encuentro, ambos munícipes han puesto sobre la mesa la necesidad de buscar alternativas viables al no poder financiar el coste del agua producida y de parte de la construcción del proyecto, el cual asciende a 49,1 millones de euros, de los que 17,9 corresponden a la aportación de la Unión Europea (UE) a través de los planes Feder.

Desde Acuamed se ha indicado que han solicitado una prórroga de dos años por la que la UE podría ampliar el límite de puesta en marcha de la instalación del 31 de marzo del 2017 hasta el 2019, lo que permitiría salvar esa aportación de 17,9 millones de euros para esta infraestructura.

Los primeros ediles coinciden en que esta desaladora, cuyo convenio se suscribió en el 2006 a la vez que el de la desaladora de Cabanes-Orpesa, «está ligada a proyectos urbanísticos que no van a materializarse y se estima que su activación supondría el aumento desmesurado del coste del agua para los vecinos, por la que se pagaría cuatro veces más que ahora mismo».

Alós ha insistido en que «hay que buscar una solución». Martínez ha explicado que “con las necesidades hídricas ya cubiertas» se niegan a endeudarse «más».