El acusado de falsificar el empadronamiento en Cabanes de una vecina de la Vall d’Uixó, en el 2006 sin su consentimiento y con una firma falsa, no recuerda haber tramitado esta solicitud, ni tampoco con quién vivía en el domicilio, y aseguró no tener relación con el PP u otros partidos.

El Juzgado de lo Penal nº 1 de Castellón acogió ayer el arranque del juicio contra este procesado, también vallero, y en el mismo comparecieron varios testigos, cuyo registro en Cabanes se tramitó y que han coincidido en «no recordar nada» o «no saber nada» sobre las preguntas que hacían el fiscal, las acusaciones y la propia jueza del caso.

Quienes figuraban en los documentos del registro gestionados por el acusado no recordaban en cuántos sitios o dónde han vivido, no conocían detalles sobre la casa en la que fueron inscritos, ni conocían a algunas de las personas con las que supuestamente vivían en la localidad.

La jueza les recordó que debían decir la verdad o podían incurrir en un delito de falso testimonio y se dirigió directamente a una de las testigos, a la que le avisó que «se está contradiciendo continuamente, no solo con lo manifestado en instrucción, sino ahora, con su declaración».

El acusado dijo que «no» recordar si tramitó la documentación --en la que distinguió su firma--, no se acuerda si vivía con su hermana y su cuñado (que constaban empadronados), sino que vivía «con gente», pero no sabe con quién y negó falsificar firmas.

Solo reconoció lo sucedido la denunciante de los hechos, mientras que el entonces alcalde, Artemio Siurana (PP), apuntó «no saber» si era raro un empadronamiento de 160 personas en dos meses en la localidad.