El retraso de las obras de construcción en la Vall d’Uixó de una residencia para personas con alzhéimer evidenció ayer las discrepancias entre la Asociación de Familiares de personas con Alzhéimer (AFA) en su delegación local y la de Castellón, respecto de cómo se está gestionando este proyecto.

La crítica principal que han vertido desde el municipio tiene que ver con que «AFA Castellón no haya sido capaz de encontrar la financiación necesaria para finalizar la residencia Laure Barrachina», cuya construcción arrancó en el año 2013 y en la que la administración (primero el Ministerio y en la actualidad la Generalitat valenciana) ya ha invertido 1,5 millones de euros.

El presidente de la delegación provincial, Emilio Marmaneu, criticó recientemente la escasa implicación del gobierno autonómico al cortar los fondos, pero desde la entidad local matizan sus declaraciones, después de haber mantenido contactos con representantes del Consell y con el propio presidente, a quien acusan de no decir «en qué punto del presupuesto se encuentra la obra y, por lo tanto, cuál es el montante económico que falta para finalizar». Y ahí estriba, al parecer, el problema principal de la parálisis actual en su ejecución.

AFA la Vall se creó en el año 2018 «con el propósito precisamente de intentar que las obras no se eternicen», pero se han encontrado con el supuesto escollo de la «falta de transparencia» de quien gestiona los recursos. Una posición que también defendería el Ayuntamiento, como confirmó ayer el concejal de Servicios Sociales, Antoni Llorente, que tras contactar con los responsables de la Conselleria ha podido saber que «han perdido una ayuda porque les pidieron un informe detallado del presupuesto necesario para acabar la obra en un solo ejercicio y no lo han recibido». El consistorio también solicitó esa concreción. «Nos dijeron en marzo que estaría en dos meses, pero aún no está», detallaron.