Ni los bienes de interés cultural (BIC) están a salvo en Burriana de las pintadas. Así queda patente en la plaza Mayor donde, a pesar de la existencia de varias cámaras de videovigilancia instaladas de una manera muy visible en las esquinas exteriores de la casa consistorial, hay gente que no tiene inconveniente en atacar al patrimonio local.

A principio de año fue una auténtica lluvia de micciones de animales y personas en el exterior del ábside de la basílica El Salvador, un BIC desde mediados del siglo pasado. Hoy aún se pueden apreciar algunos restos de estas agresiones con suciedad, colillas y restos de excrementos.

Las pintadas con aerosol son otros de los tipos de ataques que afean a puntos distintos de la población y del mobiliario urbano, pero también y, de manera muy visible, a las fachadas de las viviendas particulares de vecinos del Racó de l’Abadia, junto a la iglesia, e incluso a las mismas paredes del edificio del Ayuntamiento, justo debajo de uno de los dispositivos de control.

También la basílica ha sido pintada y, además, en el centro de la pared de la fachada principal, justo debajo de la inscripción de cuándo y por quien fue nombrada basílica. Pero hay más. Los leones esculpidos en piedra de la puerta de entrada a la torre-campanario también han padecido el mismo ataque de vándalos.

En todos los casos se da la circunstancia de que las agresiones han sido dobles. La falta de limpieza no solo se da por la existencia de una pintada, sino que hay una persona que se dedica a tapar los escritos en paredes y demás mobiliario aplicando encima una capa de aerosol gris.

Desde la aprobación plan especial Ciutat Vella, el Ayuntamiento es la primera administración tutelar del patrimonio local.