El mal estado en el que se encuentran los viales rurales de Burriana ha obligado a que sean los propios agricultores quienes hayan tomado cartas en el asunto. Tanto es así que están cubriendo los socavones con tierra para evitar males mayores al transitar por dichas vías. El asfalto se ha deteriorado y el continuo tránsito de coches y camiones va haciendo cada vez más grande lo que en su día era un pequeño bache.

Las consecuencias pueden ser importantes para la mecánica de estos vehículos. Desde un reventón de una rueda, a daños en la llanta, suspensiones e incluso la dirección del propio coche.

situación generalizada // El mal estado de este tipo de vías es generalizado, pero hay determinadas zonas del término municipal en las que los agujeros en el firme se acumulan en pocos metros cuadrados, hasta el extremo de que resulta más que difícil esquivarlos. Uno de los puntos más afectados es entre el Camí Llombai y La Serratella. Nada más acceder al Camí La Coixa se pueden divisar cómo en el mismo cruce hay más de media docena de socavones, de diferente tamaño, pero muy concentrados, y la mayoría de ellos cubiertos con tierra.

En otros lugares el peligro llega justo por lo contrario, por la acumulación de gravilla que, poco a poco, se ha ido soltando y los vehículos van apartando hacia los costados, especialmente en las curvas. Es por ello que los agricultores y vecinos urgen actuaciones, cuanto menos en los tramos más utilizados y en unas fechas en las que la campaña citrícola ya se echa encima.

No es la primera ocasión en la que se reclaman actuaciones de este tipo, pero ahora el conflicto se ha visto agravado por una falta de reparcheo importante que no se ha llevado a cabo durante el pasado periodo estival. Ello, unido a un incremento de vehículos por los enclaves rurales durante el verano, han acentuado la problemática que algunos agricultores tratan ahora de solventar.