Ya están ahí. Ha entrado de lleno la temporada de la alcachofa con la llegada del invierno. Convertida en una actividad dinamizadora de algunas comarcas agrarias de España (sobre todo de Murcia, Comunitat Valenciana, Andalucía, Navarra y Cataluña, por este orden según el ranking de producción), por méritos propios, se consolida entre los alimentos básicos de consumo en la dieta mediterránea y también comienza a llegar a los paladares más exquisitos de la Unión Europea, aunque su venta en fresco todavía es muy baja. Así lo avala el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Alcachofa de Benicarló, una entidad formada por cinco productores encargados de garantizar su calidad y trazabilidad. Se trata de Benihort (cooperativa), así como las empresas Fruits Belgi, Frudex, Senar Caldés y Frutas y Verduras Vamp. Comercializan las alcachofas que seducen a miles de consumidores del viejo continente.

El presidente de la DO Alcachofa de Benicarló, Francisco Lluch, explica que esta campaña viene con una producción semejante a la anterior «a pesar de las elevadas temperaturas del pasado mes de noviembre», apunta. Asegura que las cooperativas son claves para su comercialización. De hecho, Benihort, constituida a mediados del siglo pasado, con un volumen de comercialización de 35.000 toneladas de hortalizas, es una de las líderes del sector. «La mejor época para el consumo es la misma en la que se lleva a cabo la recolección y se da entre los meses de noviembre y abril. Incluso hasta mayo, según el año meteorológico», destaca Fracisco Lluch.

Conocida científicamente como Cynara scolymus, la alcachofera es una planta de cultivo que procede del este de África, aunque con el paso del tiempo y debido a su popularidad se ha extendido por el Mediterráneo oriental y algunos países de Europa que disfrutan de un clima templado. Cuenta Francisco Lluch que el «futuro pasa por incrementar las exportaciones, encontrar nuevas variedades, si bien esta última tarea no es fácil porque experiencias recientes han fracasado». Reconoce que hay demasiada dependencia de la blanca de Tudela, la más cotizada del mercado, cuyos precios en origen (alrededor de 1,70 euros por kilogramo) duplican a las variedades de menor calidad y no llevan, por tanto, la etiqueta de la DO Alcachofa de Benicarló. Esta Denominación de Origen Protegida prevé vender alrededor de 1,5 millones de kilogramos, volumen que solo representa una cuarta parte de la producción total de esa comarca.

Mientras, los productores de la Comunitat Valenciana, aunque no tanto la Asociación de Alcachofas de la Vega Baja, una de las principales áreas del cultivo, podrían sacar partido en esta campaña por la merma en otras regiones. España produce 220.000 toneladas anuales. Murcia es líder con 95.000 tn, frente a las 60.000 del campo valenciano durante una campaña normal. El informe de la patronal española espera salvar la temporada a pesar de los inconvenientes meteorológicos de los últimos meses. Es decir, del paso de la última gota fría que ha arrasado miles de hectáreas de frutas y hortalizas en el sur de Alicante y Murcia.

Una mayor competencia

Pensando en el futuro, las empresas castellonenses del sector apuestan por llegar a nuevos mercados, sobre todo de Alemania, aseguran desde la DO Alcachofa de Benicarló. Además, consideran muy necesario impulsar la producción destinada a la industria agroalimentaria. También expertos en productos hortofrutícolas como el ingeniero agrónomo Carlos Baixauli, de la Fundación Cajamar, sostienen que las empresas y cooperativas de España, como las de Francia o Italia, deben miran de cerca a países como Egipto, pues el país de los faraones ya es el tercero en importancia de la cuenca mediterránea, donde se produce el 90 % de las alcachofas de todo el mundo. Anima a no dormirse en los laureles. España sigue siendo segundo productor mundial después de Italia, con aproximadamente un tercio de la producción y es el primer exportador.