Tras la celebración del Consell Social de Mascarell en el que, entre otras cuestiones, iban a plantear la búsqueda de una solución a las diferencias que distancian al alcalde pedáneo, Felipe Sánchez, y al equipo de gobierno, ni hay dimisión ni destitución. Solo se han dado un tiempo para solucionar la tensión que, según el alcalde de Nules, David García, quedó reflejada en la reunión de ayer.Aunque el tema en cuestión no formaba parte del orden del día y se trató en ruegos y preguntas, sí que acaparó buena parte del encuentro y sirvió para que quedara constancia de «la tensión que existe» entre Sánchez «y los presidentes de la asociación de vecinos y de la comisión de fiestas», las dos únicas entidades del pueblo. Y fue así según la versión de García, dado que la reunión no estaba abierta al público. De hecho, ni siquiera los ediles de la oposición estaban invitados, pero al plantear su expreso deseo de asistir, les autorizaron.

RECUPERAR LA ARMONÍA / La conclusión del alcalde de Nules fue contundente. «Si esta conflictividad sigue, tendré que tomar las medidas pertinentes, y una de ellas es el cese», aseguró. Y es que, en principio, Felipe Sánchez no parece dispuesto a dejar el cargo, aunque tras preguntarle en varias ocasiones qué pretendía hacer, acabó diciendo que se lo va a «pensar». Y es que el munícipe pedáneo se siente apoyado por sus vecinos y las discrepancias que García afea se circunscribirían a las relaciones personales que mantiene con los representantes de las citadas asociaciones.

Para el primer edil, «no hay un único responsable», por lo que pidió a los implicados que «rebajen la tensión y que se recupere la armonía que nunca debería haberse perdido». No obstante, lo cierto es que la falta de sintonía no se limita a las relaciones con otros vecinos, sino también con miembros del equipo de gobierno.

El último capítulo del desencuentro entre Sánchez y el Ayuntamiento de Nules se desencadenó cuando el primero entregó todas las llaves de los edificios públicos en el retén de la Policía Local para dejar constancia de su malestar por lo que él considera desautorizaciones constantes. Tras este gesto simbólico, David García dijo que «asume competencias que no le corresponden», algo que «fue constante también en la anterior legislatura».