La algarroba no es precisamente el fruto con mejor fama, pero hay un pueblo de Castellón en el que están empeñados en demostrar los variados y exquisitos usos que tiene en la mesa. “Mis padres aún creen que es comida para burros”, reconoce Lourdes Fuster desde la Taberna La Faram de Cervera del Maestre, uno de los cuatro establecimientos que participa en las Jornades Gastronòmiques de la cuina amb garrofa, que añade lo siguiente: “El menú que hacemos está muy bueno y nadie que lo haya probado por curiosidad nos ha dicho que no le gusta”.

Durante todo el mes de junio se están elaborando en esta coqueta localidad del Baix Maestrat unos menús especiales con este autóctono producto y Matilde, desde Casa Mati, afirma que “cocinar con algarrobas no es difícil y le da un punto de sabor muy bueno a los platos. Antes, cuando no había chocolate, mi madre se lo comía con pan, pero ahora sobre todo lo integramos en los platos principales como harina”.

Los cuatro establecimientos que se han volcado con esta iniciativa son Casa Mati, Pub Els Arcs, Taberna La Faram y Panadería Artiga, que explican en ‘Mediterráneo’ cuáles son los platos con los que se encontrarán los comensales que acudan a Cervera.

Casa Mati

El menú de este restaurante consta de tres entrantes: Montadito de manzana con foie espolvoreado con harina de algarroba (imagen superior), un mar y montaña con verduras con tempura de harina de algarroba, y sepia y mejillones rebozados también con tempura de algarroba, y un pastel de alcachofa. Además, como plato principal presenta unas carrilleras al vino (imagen inferior) o un pulpo, elaborados ambos con una salsa que contiene harina de algarroba.

Como postre, Matilde apuesta por simular una algarroba con chocolate (imagen inferior). Todo, por 24 euros, que es el precio que cuesta también el menú en los dos bares siguientes. “No tenemos mucho margen de beneficios porque también se incluye una botella de vino y el pan, pero intento sobre todo hacerlo bien para que venga la gente al pueblo, que necesitamos más turismo”, afirma la gerente de Casa Mati. “Hay que ir a buscar al cliente y por eso me apunté también a las jornadas de la cereza y si hicieran de la alcachofa o la trufa tampoco faltaría. Al final aquí somos unos 400 habitantes y hay que currárselo mucho”, destaca.

Taberna La Faram

La siguiente protagonista es Lourdes Fuster, desde la Taberna La Faram, que confiesa que son ya “varios años los que se hacen las jornadas de la algarroba”, un producto que combinaría con otros como la almendra: “Tenemos mucha también, o aceite, y creo que se podrían combinar”.

De todas formas, Lourdes prepara un menú exquisito preparado con algarroba en el que no faltan platos como unos ibéricos con pan de algarroba, unas croquetas de cocido con sésamo y algarrobo, así como un mar y montaña de plato principal, en el que el chocolate es sustituido por la algarroba. Como alternativa, de segundo también se puede escoger un lenguado cuya salsa está elaborada con harina de este fruto local. De postre prepara unos creps de algarroba con nata y fresas que no dejarán indiferente a nadie.

Pub Els Arcs

También Lara, desde el Pub Els Arcs, participa en las jornadas gastronómicas pese a que su establecimiento solo abre los fines de semana. “Funciona muy bien las jornadas. Tenemos mucha algarroba en el pueblo y es una forma de darle salida”, admite. Su menú consta de una tabla de ibéricos con pan de algarroba y tomate, unos chipirones rebozados con harina de algarroba y volovanes de champiñones elaborados con una bechamel de algarroba. Como plato principal, en Els Arcs nos encontraremos con un ternasco, entrecot o lenguado en los que no falta el sabor de este fruto.

Panadería Artiga

Por último, en la Panadería Artiga de Cervera, María Asunción Artiga también participa con su horno de leña en esta iniciativa. “Todo lo que sea para tirar adelante en el pueblo me parece bien”, asume. En su tradicional establecimiento -ella es la tercera generación de la familia que lo regenta-, se puede encontrar estos días “un brownie elaborado con harina de algarroba, que le da un punto más fuerte de sabor, y pan hecho con harina de algarroba. Todo de forma artesanal y en horno de leña, que no tiene nada que ver con el que se compra en un supermercado”.

María Asunción, que regenta la panadería junto a su hermano, admite que “no se hace demasiado negocio”, pero añade que “la gente lo hace lo mejor que sabe” e invita a toda la provincia a que se acerque al pueblo: “No se arrepentirá”.