La Concejalía de Agricultura de Almassora, impulsora del Banco de Tierra, ha apostado por abrir esta iniciativa a las ONG locales como oportunidad formativa y para abastecer de productos de primera necesidad a personas en riesgo de exclusión social. Así informó ayer el edil del área, Santiago Agustí, a los representantes de Cruz Roja, Manos Unidas y Cáritas de Almassora en la reunión celebrada en el consistorio, a la que también asistieron la alcaldesa, Susanna Nicolau; la edil de Bienestar Social, Diana Belliure, y la concejala de Participación Ciudadana, Merche Galí.

Según la previsión que baraja el equipo de gobierno, unas 15 personas podrían beneficiarse del proyecto a través del trabajo de las tierras, cuyos productos destinarían a autoconsumo. Por este motivo, Agricultura y Bienestar Social invitaron a los colectivos a estudiar su viabilidad e implicarse “en una iniciativa social que no dependería de la caridad, sino del esfuerzo común y del trabajo en el campo”. Los portavoces de Cáritas, Manos Unidas y Cruz Roja se comprometieron a valorar la propuesta y trasladar una respuesta al equipo de gobierno en una nueva reunión que se celebrará en 15 días.

Durante el encuentro, el concejal de Agricultura informó a las ONG de la reciente aprobación por parte del Consell Agrari Municipal de las bases para promover el Banco de Tierra durante 2016. Los objetivos prioritarios son garantizar la continuidad de la actividad agraria municipal y, además, ofrecer una formación agrícola directa que pueda servir como recurso laboral a determinados sectores de la población. En este sentido, los representantes municipales instaron a las ONG a consensuar un colectivo al que ceder una parcela para su cultivo.

En caso de ponerse en marcha, los participantes aprenderían a cultivar la tierra y los ciclos de la agricultura y se quedarían para autoconsumo la producción de la finca trabajada. En cuanto a formación, ha expresado el equipo de gobierno, los beneficiarios del programa podrían incrementar sus competencias en agricultura para incorporarse al mercado laboral en esta especialidad.

Por su parte, el Ayuntamiento de Almassora frenaría la pérdida de superficie agrícola cultivada y colaboraría como intermediario entre el propietario de las tierras y las ONG para informar, facilitar el contrato y agilizar los trámites entre el propietario-arrendador y el agricultor-arrendatario. Las dos partes interesadas fijarían los términos del acuerdo en un contrato para garantizar que se cumplen las condiciones.

Cabe recordar que hasta la fecha el Banco de Tierra de Almassora, que no tiene actividad, está destinado a agricultores que quieren aumentar la superficie de sus explotaciones, propietarios que no desean cultivar sus parcelas, personas que quieren iniciarse en la actividad agrícola y cooperativas y otras empresas agrarias.