La Policía Local de Almassora ha sancionado en las dos últimas semanas a 24 personas por infracciones relacionadas con la ordenanza municipal de tenencia de animales. La campaña de control comenzó el pasado 28 de agosto y concluyó este domingo, 10 de septiembre. Las inspecciones se han centrado en las zonas de la localidad con mayor afluencia de mascotas, donde los agentes también han distribuido bolsas de recogida de excrementos.

Así pues, el informe policial refleja que 13 de las multas se han debido a que los propietarios llevaban sueltos a los animales. Hasta cuatro de estas sanciones han sido para los dueños de perros que no figuraban en el censo muncipal y otras cuatro por el incumplimiento de la obligación de identificar a las mascotas. Otras tres personas han sido expedientades por no utilizar bozal en los casos que la ordenanza contempla como obligatorios.

“Es fundamental que los responsables de los animales sean conscientes de la importancia de utilizar sistemas de retención adecuados que ofrezcan garantías de seguridad al resto de transeúntes y aseguren que las mascotas no se escapen”, ha recordado el edil de Seguridad, Roger Beltrán. “La finalidad de la normativa es velar el bienestar de las mascotas y proteger la convivencia ciudadana, regulando las obligaciones que los propietarios tienen que cumplir”, ha manifestado el edil, quien ha celebrado que no se hayan producido sanciones por abandono de excrementos.

Cabe destacar que las actuaciones de la campaña se han orientado también a controlar que los animales se encontrasen en recintos adecuados, que contasen con ventilación e iluminación adecuadas y permitiesen su movilidad. En este sentido, los agentes se han asegurado de que la tenencia de mascotas no generase molestias vecinales y han vigilado que todos los responsables de las mascotas recogiesen los restos orgánicos de la vías pública.

En cuanto a las restricciones específicas respecto a la tenencia de animales potencialmente peligrosos, esta inicativa de la Policía Local de Almassora ha servido para garantizar que las personas que los pasean cumplan con la normativa en cuanto a extensión de las correas, que no pueden superar los dos metros. Tampoco han detectado a ningún propietario que portase más de uno de estos perros ni que careciese de la documentación que lo acredita como capacitado para acompañarlos.