Almassora paraliza la permuta del Grupo B por solares para la construcción de viviendas de protección oficial «para evitar la creación de un conflicto ciudadano entre barrios». Así lo anunció la alcaldesa, Merche Galí, en una reunión celebrada ayer con vecinos del grupo Fátima en su sede social. La primera edila propuso a los asistentes la convocatoria de mesas de trabajo en las que participarán los portavoces de las asociaciones y partidos políticos para acordar la fórmula urbanística que desbloquee el derribo.

«El enfrentamiento social entre distritos, la recogida de firmas, las concentraciones y la crispación que han generado los rumores por unas supuestas viviendas que en ningún caso iban a regalarse ni a alojar a delincuentes no van a marcar la agenda de la ciudad», remarcó la alcaldesa.

CONSENSO // Ante esta situación, la responsable municipal matizó: «Tardaremos lo que haga falta, pero el futuro de todos los barrios saldrá del diálogo a través de reuniones con representantes y que cada grupo asuma y diga públicamente que no apoya el derribo, que es competencia de Conselleria de Vivienda y que, por primera vez en la historia, tenía fecha para su demolición como así se comprometió la consellera María José Salvador aquí».

Galí mantuvo este encuentro con los afectados por el 167 para informarles de primera mano del retraso que sufrirá el proceso «gracias a esas voces infundadas que extienden el miedo por el falso rumor de que la Generalitat iba a entregar casas a gente en exclusión social, cuando la propuesta eran VPO en régimen de alquiler, para que quien firma el contrato tenga unas obligaciones y, en caso de incumplirlas, debe abandonar la vivienda».