Almassora ha vivido este viernes un atípico día de Santa Quitèria debido al impacto del coronavirus en la rutina del 22 de mayo, que ha obligado a celebrar la misa ante un tercio del aforo y el reparto del arroz de Les Calderes solo para mayores dependientes. La jornada tampoco ha contado con mascletà ni la procesión en honor a la patrona debido a las restricciones que impone la pandemia.

El día, laborable en la localidad por el cambio del festivo al jueves 8 de octubre, ha comenzado con la rutina de un viernes más. De esta forma, la plaza de España ha acogido el mercado ambulante y los negocios y empresas han abierto sus puertas, dentro de las restricciones del estado de alarma, como si se tratara de un día más. Sin embargo, la iglesia de la Natividad sí ha acogido la tradicional misa en honor a la patrona a las 12 del mediodía ante un público reducido a un tercio de la capacidad habitual.

El párroco, Juan Ángel Tapiador, se ha encargado del oficio religioso en el templo ante dos representantes municipales de cada partido político y una representación de los portadores de Santa Quitèria, la Junta de Damas de Santa Quitèria y Virgen del Rosario y las cofradías de Almassora. El templo ha acogido a los fieles con las medidas de seguridad oportunas: bancos precintados para limitar el aforo y distancia entre asistentes, que han acudido a la iglesia de la Natividad con mascarilla.

Al finalizar, el Ayuntamiento ha realizado el reparto de arroz de Les Calderes en las dos residencias de la tercera edad y a los domicilios de los mayores que están inscritos en alguno de los programas de dependencia.

"Se trata de un gesto de las concejalías de Fiestas y Servicios Sociales para quienes están atravesando la pandemia en soledad o internados en alguno de los centros para mayores", han indicado desde el consistorio. En total, han distribuido 243 platos a domicilio para quienes habitualmente reciben el servicio de comida en casa o cuentan con el apoyo de Cruz Roja y Servicios Sociales para garantizar su bienestar en el día a día.

“Recordamos el espíritu de solidaridad de este plato tradicional y reconocemos el sufrimiento de los colectivos más vulnerables en estos momentos, con los que quiero compartir un mensaje de esperanza y el deseo de que pronto volvamos a celebrarlo juntos”, ha insistido la alcaldesa, Merche Galí. Como cada año, también han recibido su ración de arroz el turno de guardia de Policía Local, Guardia Civil y el centro de salud.