Desagradable sorpresa la que se llevó a primera hora de este martes la propietaria de una vivienda ubicada en Vinaròs, en una partida cerca de la zona conocida como Colonia Europa. Después de 10 meses intentando recuperar la casa que había alquilado más de un año antes a una mujer de Vila-real, de unos 65 años, en el momento de ejecutarse el desahucio se encontró con una imagen dantesca: una vivienda prácticamente en ruinas, muy alejada de la coqueta “casita” que arrendó en noviembre del 2018.

El matrimonio afectado, que ha pedido expresamente, tras consultar con su abogado, que no se hagan públicos datos sobre su identidad, se siente “desprotegido” por una ley que, a su juicio, “solo defiende a los inquilinos y deja abandonados a su suerte a los propietarios”, sobre todo a los que, como ellos, han tenido la mala fortuna de alquilar su vivienda a gente que no tiene ningún respeto por los bienes ajenos.

Muebles destrozados, “basura por todas partes”, electrodomésticos inservibles… La pesadilla para este matrimonio de Vinaròs comenzó prácticamente desde que decidieron dar las llaves a la nueva inquilina. “Para empezar, ya establecida, se negó a entregar la documentación que le requerimos, por lo que un mes después --en diciembre del 2018-- quisimos romper el contrato de un año de alquiler. No fue posible”, lamenta la propietaria, que alquiló la casa mediante uno de los portales especializados que trabajan en internet.

Tras muchos incumplimientos de la inquilina --“cuya identidad no podemos dar para avisar a otras posibles víctimas porque según nuestro abogado atentaríamos contra su derecho al honor y a la intimidad”, apunta el marido de la propietaria-- entre ellos el de “tener tres perros en casa”, pasó el año de contrato. Era el momento de poner fin a la relación. Pero no fue así. “Si queréis las llaves tendré que entregároslas en el juzgado”, les amenazó la inquilina, soltándoles que la ley le permitía estar hasta tres años en la casa.

Solo el descuido de un par de meses de impago permitió a los propietarios abrir un proceso judicial para recuperar “la casita” -así la llaman ellos--, ahora reducida, como se aprecia en las imágenes del antes y el después que acompañan a esta información, a un montón de escombros, mobiliario dañado y suciedad.

La paralización de los juzgados por la pandemia de coronavirus ralentizó aún más el ya de por sí lento proceso judicial, que desembocó este martes en la recuperación de la vivienda, aunque no en el estado que el matrimonio propietario hubiera deseado. “A pesar de que no podemos señalar directamente a La causante de este desastre, por lo menos que nuestro caso sirva de toque de atención a otras personas que tengan casas en alquiler”, dice la dueña del inmueble que ahora estará obligada a realizar una fuerte inversión económica para volver a dejar en condiciones la casa.