El Ayuntamiento de Sot de Ferrer ya tiene en marcha la segunda fase de la actual era de excavaciones arqueológicas del poblado íbero de Rochina, ubicado en el Alto de los Moros. La iniciativa tiene un gran interés, puesto que la primera intervención se desarrolló hace más de un siglo, entre 1913 y 1916.

El pionero en descubrir el yacimiento, de los siglos III y II antes de Cristo, fue Herminio Fornés. Se trata la tercera actuación en una cronología ibérica realizada en todo el territorio valenciano, tras las excavaciones en la Alcúdia d’Elx (donde se encontró la Dama de Elche) en 1905, y del poblado de la Covalta (Albaida) entre 1906 y 1918.

El regreso de las prospecciones cuenta con una subvención autonómica de unos 40.000 €, para obras de recuperación de emergencia de patrimonio declarado bien de interés cultural. La extensión es de unos 500 m2, y las excavaciones tendrán lugar durante un mes en dos de los 17 departamentos en los que se divide el recinto, para poco a poco, ir logrando la recuperación total del yacimiento y su puesta en valor.

Al frente está el arqueólogo Luis Lozano, que ya participó el año pasado, cuando se trabajó en dos áreas que forman la torre y otra de las estancias del poblado, que aparecía más deteriorada por la erosión; más la adecuación del acceso.

Entre las edificaciones del conjunto destaca la estructura elevada localizada junto a la entrada, y una vivienda con una superficie mayor a la del resto de estancias. También hallaron una capa de cenizas que variaba de espesor, y que en el siglo pasado se interpretó como un incendio en tiempos de la guerra entre Metello y Sertorio, lo que supuso su abandono.