Morella Cashless City, proyecto promovido para fomentar los pagos digitales en la capital de Els Ports, ha logrado desde el mes de abril multiplicar un 173% las compras en comercios morellanos con la tecnología sin efectivo, a través de tarjetas o móviles.

La iniciativa de CaixaBank cuenta con la colaboración del Ayuntamiento, asociaciones de comerciantes y empresarios, y Visa, y tiene como objetivo fomentar las operaciones bancarias de última generación y apoyar al comercio de proximidad. Al respecto, el 98% de establecimientos de la localidad ya cuentan con estas herramientas. La facturación de los abonos con tarjeta suma, en menos de cinco meses, un millón de euros, lo que supone un incremento del 155% respecto al mismo periodo del año anterior.

Las transacciones que más crecen son las de pequeño importe: máquinas de vending, panaderías, bares, cafeterías o autobús urbano, consiguiéndose la absorción del efectivo en sectores donde, tradicionalmente, el pago se realiza con dinero en mano. Unas cifras a las que ayudó el 54° Sexenni, multiplicando de forma notable las compras y ventas.

Gracias a esta propuesta, la entidad CaixaBank contribuye, con cada abono que los ciudadanos realicen mediante sistemas de pago digitales, con una donación de 50 céntimos para una iniciativa social local. Por el momento, ya se ha superado los 15.000 euros, que se destinarán íntegramente a la adquisición de un vehículo adaptado para las personas con movilidad reducida.

acogida // Una parte importante de los «buenos resultados», como destacan desde el banco, se debe a la implicación de los vecinos y las tiendas, así como a las acciones que CaixaBank ha promovido desde el lanzamiento del plan para la difusión y concienciación de la utilización de móviles, tarjetas y otros medios, como relojes wearables, a la hora de adquirir productos en la población.

IMPULSO // Durante las fechas más señaladas, como los fines de semana o en la campaña estival y, como no, en las celebraciones sexenales, un equipo de dinamizadores fomentó a pie de calle el uso de sistemas cashless en todo tipo de sectores, incluidos los pagos en los cajeros, la oficina de turismo, comercios e, incluso, en la barra del pabellón de fiestas.