Juicio histórico el celebrado este miércoles en Vinaròs en el que el Ayuntamiento de Benicarló y la Diócesis de Tortosa se han visto las caras para pugnar por la titularidad del campanario de Benicarló. La vista reunió a todos los alcaldes, en vida, desde el inicio de la democracia hasta el año 2015.

El primero en declarar ante la jueza fue el más veterano, Ramón Soriano, que estuvo al frente del consistorio de 1976 a 1979, al que siguieron Jaime Mundo, Enric Escuder y Marcelino Domingo. Todos ellos coincidieron en afirmar que era la administración local la que se ocupaba del mantenimiento de la emblemática torre y sufragaba todos los gastos que generaba.

Más contundente fue el arquitecto municipal, Luis Pérez, ya jubilado, que aseguró que el plano del catastro que sitúa en la misma parcela el templo de Sant Bartolomé y el campanario es erróneo y que en la relación de bienes inmuebles del consistorio siempre ha estado incluida la torre.

Réplica del Obispado

Llegado del turno de los testimonios de la parte demandada -el Obispado de Tortosa- el rector de la iglesia de Sant Bertomeu, Carlos García argumentó que la propiedad es de la sede tortosina y que fue él en persona, quien inmatriculó al bien a favor del estamento eclesiástico. Un gesto que, según el rector marcó un antes y un después en la relación con el consistorio.

La posesión de las llaves de la torre fue otro aspecto que las dos partes defendieron como propias, pero, a la hora de aportar datos históricos, fue el sacerdote e historiador Josep Alanyà quien, remontándose hasta la época de Alfonso X El Sabio, defendió la propiedad de la diócesis desde tiempos inmemoriales.

Tras escuchar todos los testimonios, la jueza que presidió la vista, Cecilia Alzaga, dirimirá a cual de los dos estamentos, el civil o el eclesiástico, pertenece el campanario.