No habrá desahucio de la oenegé San Vicente Paúl de Benicàssim de su local. Así lo aseguraron ayer fuentes del Banco Sabadell, propietario del inmueble, quienes confirmaron que aceptarán el contrato de alquiler que mantienen con la organización.

«No íbamos a tirar a nadie a la calle. De hecho, nunca lo hemos hecho. Se aceptará un precio razonable como el actual, pero aún está en tramitación», indicaron. Y añadieron desde la entidad financiera que «técnicamente no íbamos a ejecutar un desalojo».

El caso fue abordado el miércoles, en un juicio celebrado en el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Castellón y al que acudieron las dos partes con sus representantes. «Parece un asunto fácil visto desde fuera pero a nivel interno no lo es, porque una cosa son los trámites administrativos y judiciales y otra es la negociación, la cual seguiremos para ratificar el arrendamiento con esta oenegé», señalaron.

San Vicente Paúl, de esta forma, podrá seguir en su misma sede donde ejerce acciones benéficas desde hace dos años y medio. La agrupación lo arrendó a su anterior propietario firmando un contrato con fecha de 1 de febrero del 2016, por un periodo de 10 años y un importe mensual de 600 euros, más los gastos corrientes, como luz o el agua.

Pagos

Desde la oenegé advirtieron que al no abonar el dueño la hipoteca, se ejecutó judicialmente. Tras ello, se subastó el inmueble de la calle Oliveres, que se adjudicó al Banco Sabadell, al que la asociación siguió pagando las mensualidades, afirmaron.

Un edificio para el que el ente social invirtió unos 15.000 euros, para acondicionar espacios cara a atender a más de 5.000 personas al año. El colectivo mostró inquietud por no recibir respuesta del propietario. Ahora, todo apunta a que seguirán allí.