Burriana se vistió de colores para despedir las fiestas patronales en honor al a Mare de Déu de la Misericòrdia con la Batalla de Flores. Fue una guerra de confetti y serpentinas librada desde lo alto de las carrozas y desde la acera por el numeroso público. Ocho carrozas entraron en concurso para convertirse en la más bonita. A la postre, el galardón se lo llevó el monumento elaborado por la falla Barrio Valencia. La comisión portaba una chapa con la imagen de Tomás Ramos, diseñador de la carroza y miembro de la falla fallecido el pasado verano.

Los vencedores no pudieron contener la emoción al recoger el reconocimiento. En segunda posición quedó el Club 53 y en tercera Sant Josep.

A primera hora de la tarde comenzaron a concentrarse las carrozas participantes, especialmente, las ocho de nueva creación que pugnaban por alzarse con uno de los premios. A las 18.30 horas, comenzó desde la Mercé y en dirección a El Pla, a través de la calle La Carrera, la vuelta de exhibición de las carrozas. La de las reinas falleras y sus respectivas cortes de honor cerraron el cortejo festivo.

En la segunda vuelta fue cuando comenzó la guerra. Confetti multicolor y serpentinas volaron sin cesar. Una lucha sin tregua que involucró a todos los presentes. El castillo de fuegos artificiales fue el colofón festivo. H