Con la llegada del buen tiempo, son pocos los que se libran de las temidas y dolorosas picaduras del mosquito tigre. La Concejalía de Medio Ambiente de Benicarló, en colaboración con la asociación ecologista Apnal, se ha propuesto poner coto a la proliferación de estos molestos insectos y emprender una lucha biológica para acabar con la plaga. Para ello, ha puesto en marcha una experiencia piloto que se basa en la instalación de nidos artificiales para los vencejos o falciots.

Esta especie es un depredador natural del mosquito tigre, pues su alimentación es básicamente insectívora. Además, se da la circunstancia de que en Benicarló solía anidar una importante colonia de vencejos en algunos inmuebles, pero al ser rehabilitados se destruyeron los nidos. “Hemos intentado imitar los espacios que han utilizado siempre para su nidificación con el fin de que no noten la diferencia. Ahora, falta esperar que les guste y se queden y que no sean ocupados por otras especies más oportunistas, como los gorriones”, apuntó el concejal de Medio Ambiente, Ximo Bueno.

Concretamente, los primeros nidos, confeccionados con palets de madera forrados con corcho y con recubrimiento de pintura no tóxica como aislamiento térmico, se han colocado en la azotea de una vivienda de la plaza Els Telers.

“Normalmente, llegaban a la península a mediados de abril, en su viaje de vuelta desde África, pero el cambio climático ha hecho que se adelanten”, explicaron. “Las administraciones están destinando recursos económicos a la compra y uso de productos fitosanitarios para luchar contra el mosquito tigre, cuando la naturaleza pone a nuestro alcance las herramientas para hacerlo gratis y sin perjudicar el medio ambiente”, señaló Quique Luque, miembro del colectivo ecologista Apanal. H