La Festa de la Carxofa de Benicarló escenificó este fin de semana los argumentos por los que fue declarada de Interés Turístico Autonómico. Una multitud de gente, vecinos y visitantes llegados desde diferentes puntos del territorio nacional y también de otros países, se rendían ante el indiscutible y creciente poder de seducción de la hortaliza reina. La ruta del pincho, la cena de gala, la torrà y, sobre todo, la demostración gastronómica de ayer, que atraía a unas 20.000 personas ávidas por catar las diversas propuestas que tienen a la alcachofa como ingrediente principal.

Artífices de esa conquista más que consolidada son los agricultores y los restauradores. Ayer, en las calles más céntricas de la ciudad se pudo ver una muestra de la comunión entre la gente del campo y la de la cocina, dos sectores que en Benicarló van cada vez más de la mano. A la excelente calidad que, con esfuerzo y cuidado, agricultores como el homenajeado a título póstumo, Francisco Vallés El Flare, logran conferir a la alcachofa se suma la aplicación del arte culinario, capaz de convertir a la hortaliza de tierno corazón en un despliegue de infinitas posibilidades a cual más sabrosa y sorprendente. De hecho, es esa versatilidad, fuente inagotable de inspiración, el aspecto que más llama la atención a aquellos que por primera vez acuden a la muestra.

INVITADOS Y ESTRELLAS // El mismo Joan Baldoví, diputado de Compromís, y uno de los invitados al evento, confesó sentirse «gratamente sorprendido, porque jamás hubiera imaginado que pudiesen prepararse tantos platos distintos con la alcachofa». La representación institucional se completó con el diputado provincial de Desarrollo Rural, Pablo Roig; o el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, además de alcaldes de localidades cercanas.

El chef Raúl Resino, cuyo restaurante en Benicarló ostenta una estrella Michelin, destacó «el absoluto protagonismo» del producto y la importancia de trabajar en la cocina con materias de proximidad, algo que él lleva haciendo desde siempre y que, con constancia y trabajo, le han hecho cosechar incontables éxitos dentro de su profesión.

La alcaldesa, Xaro Miralles, destacó que la muestra «es el acto más visual y que más gente aglutina, sobre todo el que más visitantes atrae». «Es uno de los días grandes de la fiesta; cada establecimiento participante ha preparado una media de entre 1.000 y 1.500 raciones para que todos puedan degustar las múltiples elaboraciones», remarcó.

Por su parte, la concejala de Turismo, Rosana Marzá, manifestó que esta celebración es uno de los recursos turísticos más poderosos y un potente dinamizador de la economía local. «Bares y cafeterías han estado trabajando en las jornadas del pincho con muy buen rendimiento, y, ahora, con la demostración gastronómica, se inauguran las jornadas de la cocina de la alcachofa en los restaurantes que, con toda seguridad, también obtendrán buenos resultados, prueba de ello es que, desde hace semanas, ya se están realizando reservas».

El día grande dedicado a la reina de la huerta benicarlanda incluyó la apertura del mercado municipal durante la mañana, con lo que los asistentes conocieron este espacio comercial de referencia. A su alrededor tuvo lugar la última jornada del mercado de artesanos, mientras que la casa tradicional de la calle Santa Cándida abrió al público.