Lejos estaba de imaginar la pequeña Nadia Beltrán, fallera mayor infantil de Benicarló, que el mismísimo Tirant Lo Blanc y su amada Carmesina asistirían a su puesta de largo oficial como dignataria fallera. Tampoco la joven Alicia Fuster, máxima representante de la gran familia fallera de la ciudad, podía esperar que, en su coronación, un magnífico ejemplar de búho adiestrado por un enigmático mago sobrevolase el patio de butacas del auditorio Pedro Mercader. Sin embargo, así fue.

Ayer, la magia y la música de la dolçaina i el tabal inundaron el espació elegido para los actos de exaltación de las dos falleras mayores y, en un escenario ambientado en la Edad Media, las dos flamantes dignatarias josefinas y sus respectivas cortes de honor pasearon su belleza y elegancia escoltadas por caballeros templarios. Y, en esa atmósfera, una dulce dama, Carla Martínez, y un joven noble, Martín García, ejercieron de mantenedores.

Por la mañana fue el turno de Nadia, quien recibió de manos de la alcadesa, Xaro Miralles, la banda acreditativa, y, a continuación, Fede Guimerá, presidente de la Junta Local Fallera (JLF), le impuso la aguja de oro. Sin borrar la sonrisa de su angelical rostro, la flamante reina de los falleritos y falleritas estuvo acompañada por las niñas Nayla Llorach, Yanira Jiménez, Sara Bort, Ingrid Andrés, Raquel Companys, Ariadna Ciercoles, Paula Giner, Patricia Saura y Andrea Miquel.

Paralelamente, a partir de las 20.00 horas, el auditorio volvió a llenarse de público para aclamar a la protagonista de la velada: Alicia Fuster. Siguiendo el mismo protocolo que su homóloga infantil, la flamante y exultante reina recibió los honores y distinciones que le confiere el cargo. La fallera mayor estuvo arropada en todo momento por un ramillete de falleras conformado por Cinta Forés, María José Martí, Miriam Hidalgo, Marjorie Sanahuja, Sara Cherta y Marta Andrés.