El Ayuntamiento de Benicarló da el primer paso para transformar la antigua N-340, a su paso por el municipio, en un bulevar que se adecuará a las características de una vía urbana y que dará prioridad a los peatones.

El consistorio publicó ayer en la Plataforma de Contratación del Sector Público el anuncio de licitación, mediante procedimiento abierto simplificado, de este proyecto. Las obras afectarán al tramo que discurre desde el cuartel de la Guardia Civil, en la calle Alcalà de Xivert, hasta la calle de Vinaròs, donde se encuentra el antiguo parque de bomberos.

Los trabajos de esta primera fase se llevarán a cabo en 2 de los 7 kilómetros que ocupa el espacio municipal. En concreto, consistirán en construir cuatro rotondas que estarán ubicadas a la altura de la avenida del Maestrat, la avenida de Febrer Soriano, la calle de Ulldecona y la calle del Puig de la Nau. Además, contempla la reducción de la anchura de la carretera --que pasará a ser de 6 metros, con el fin de aprovechar la superficie restante para habilitar aceras para peatones y carriles para bicicletas--, la colocación de pasos de peatones y la iluminación de todo el tramo. Estos trabajos complementarán las obras realizadas a cargo de la Generalitat y que han consistido en la construcción de una rotonda a la altura de la CV-135, en el cruce de la carretera de Càlig.

Ya en su día, la alcaldesa en funciones, Xaro Miralles, aseguró que la finalidad principal de las obras «es aumentar la seguridad, que es lo que más nos preocupa, y con el planteamiento urbanístico proyectado la velocidad de los vehículos que circulen por el vial, no debería ser superior a los 30 ó 40 kilómetros por hora».

Además, la actuación también incluye el traslado de las dos paradas de autobuses ubicadas en la avenida Magallanes, con el fin de evitar nuevos atropellos mortales como los ocurridos en los últimos años. De este modo, se ubicarán en las calles Puig de la Nao y Sénia. A largo plazo, la actuación se completará con otras mejoras como el ajardinamiento de las aceras y el desarrollo de las diferentes zonas urbanas.

El plazo de ejecución de las obras está previsto que se alargue durante cinco meses, con un presupuesto base de licitación de 959.334,89 euros (IVA incluido).

Una vez concluida esta primera fase, el consistorio contempla la posibilidad de continuar con la adaptación del Sector 7, adecuando el lateral urbano del CEIP Ángel Esteban al uso de las personas con el objetivo de reducir el espacio destinado al tráfico rodado.

La elaboración del proyecto constructivo ha corrido a cargo de los técnicos municipales, después de que en febrero del 2018, Miralles y el ingeniero jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en la Comunitat Valenciana, Ismael Ferrer rubricasen el acta de cesión del tramo de la vía. A partir de ese momento, el consistorio asumió los 6.878 metros y pasó a ser responsable de su conservación y explotación.