T ras 15 años bloqueado, el Ayuntamiento de Benicarló lleva meses trabajando para conseguir sacar adelante la Ciudad Sénior. El PAI (programa de actuación integrada) que se proyectó como una gran zona residencial geriátrica de alto nivel, con 90.000 metros cuadrados de superficie, ahora presenta un estado de abandono.

El concejal de Urbanismo, Román Sánchez, apuntó que han mantenido «varias reuniones con la promotora, Acciona, y ha mostrado su disposición a terminar de desarrollar el sector por fases. La primera de ellas sería la construcción de la residencia geriátrica». «De hecho, comentaron que ya están haciendo los primeros proyectos y que buscan financiación para llevarlos a cabo y también quién asuma su gestión», apuntó.

Por su parte, la alcaldesa, Xaro Miralles, confirmó las conversaciones con la promotora y el interés del consistorio por desbloquear el programa. Además, aseguró que han retomado las conversiones con los propietarios. Unos propietarios que, después de reunirse con todos alcaldes que han estado al frente del consistorio desde 2006, han perdido la esperanza y no ocultan su escepticismo ante el anuncio. «Nos han hecho promesas, pero ha pasado el tiempo sin que se actúe. Y mientras, se ha ido deteriorando lo que ya estaba urbanizado, crece la vegetación por doquier y no hay mantenimiento, está totalmente abandonado, incluso han desmantelado las farolas», lamentan los afectados. «Nosotros pagamos la contribución y reclamamos los mismos servicios que tienen en cualquier calle de Benicarló porque, en estas condiciones, no podemos construir», añaden.

Los propietarios aseguran no entender porqué no se reemprenden las obras, pues «supondría una infraestructura positiva para la localidad, generaría empleo y ayudaría a dinamizar la economía del municipio».

En el 2010, la empresa impulsora se desvinculó del proyecto y puso a la venta los terrenos, que adquirió Acciona. La mercantil acometió la canalización del barranco de la Sotà para solventar el problema de inundabilidad de la zona y la conexión de servicios generales, pero la crisis frenó las obras y su plan de construir 400 viviendas, un hotel, una clínica asistencial y un club sénior. H