Benedicto XIII, el Papa Luna, sufrió un intento de asesinato allá por el año 1418. Sus enemigos eligieron un postre para ocultar una bola de arsénico del tamaño de una bellota, fue el citronat, elaborado con cidra. Este fruto, que puede considerarse el padre de todos los cítricos, ha sido el que ha centrado todos los esfuerzos del proyecto Citrus Medica.

A partir de un plantón procedente del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), el historiador Juan Bautista Simó, apoyado por el equipo técnico y empresarial de la cooperativa de Benicarló, Benihort, ha recuperado el árbol frutal -cidro o poncil- y sus frutos.

Una vez recuperado el cítrico, del que ya existe una veintena de árboles repartidos entre Benicarló y Peñíscola, también se ha descubierto que tiene múltiples y diversificadas propiedades.

De momento, Martín Ribes, gerente de la empresa local Cafés BO, ya ha sido uno de los primeros en sumarse al proyecto y ha creado el licor de crema de citrón. «Este fruto es un elemento diferenciador que ahora tenemos en la comarca y debería ser un nuevo recurso económico de un producto autóctono e histórico”, apuntó Ribes. De hecho, los impulsores del proyecto animaron a los empresarios y emprendedores a sumarse al plan.