Tras siete años de espera desde la construcción del edificio con el plan E, el tanatorio de Benicàssim entrará en funcionamiento a finales del 2019, probablemente en otoño, tal y como prevén desde el Ayuntamiento. Para ello, adjudicaron la segunda parte de las obras para su puesta en marcha.

Las actuaciones pendientes son las que se centran en la instalación del sistema eléctrico, que finalmente recayó en la empresa Electromur, por un importe de 149.887,09 euros, lo que supuso una baja y ahorro para el consistorio de 30.139,61 euros, ya que salió a licitación por 180.026,70, según informó el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz.

Al concurso público se presentaron 11 compañías, de las cuales una fue descartada por una baja anormal, «al contar con el informe desfavorable de los técnicos», tal y como puntualizó el edil.

La reforma en electricidad y alumbrado exterior consistirá, por un lado, en la dotación de la red de alta tensión en el entorno, la colocación de un centro de transformación de compañía, el tendido de baja tensión y la implantación de la iluminación en el recinto y alrededores, el cual será a través de tecnología led de bajo consumo, para reducir los gastos entre un 60 y el 80%.

APARCAMIENTO // En febrero, adjudicaron la urbanización del enclave, otra intervención fundamental para poner en marcha el tanatorio. Fue por 120.769 euros, que incluyen la adecuación del acceso, una zona peatonal ajardinada y un espacio de aparcamiento que será accesible para personas con movilidad reducida. También habilitarán los colectores de pluviales y alcantarillado y la conexión telefónica.

El inmueble finalizó en el 2012, con el llamado plan Zapatero, pero la licitación de su gestión quedó desierta, al no ser rentable para las empresas asumir los costes de urbanización. Ahora los afrontará la administración local.