Benicàssim puso punto y final ayer a sus fiestas de Santo Tomás con la celebración del Gran Prix. El público llenó la plaza para disfrutar del espectáculo vespertino, con la participación de numerosos jóvenes de las peñas del municipio, que fueron superando una a una las pruebas, algunas con la dificultad de tener que lidiar con las vaquillas.

Los actos taurinos también reinaron por la mañana, con el último encierro de astados de la ganadería de Josefa Escrig, en una jornada muy calurosa y soleada.Más tarde, llegó el concurso de anillas, para el que los más atrevidos ya estuvieron practicando durante toda la semana.

La concentración de motos vespa, el Día de la Bicicleta, el concurso de castillos de arena, el correfoc y el castillo de fuegos artificiales completaron estas últimas horas de la agenda lúdica.