Una zona de descanso con impresionantes vistas a las playas dará la bienvenida a los usuarios de la Vía Verde del Mar en Benicàssim. Las máquinas ya trabajan en la adecuación de esta parcela, de propiedad municipal, donde antiguamente estaba la caseta del guardagujas de la vía del ferrocarril en el apeadero que había.

El objetivo es «adecentar el terreno, proceder a su limpieza y habilitar una especie de merendero con mesas de pícnic y aparcabicis», según explica el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz. La iniciativa se lleva a cabo con presupuesto de la partida anual existente para el mantenimiento de vías públicas, al tener el suelo esta calificación, aclara Díaz. La idea es poner en valor este privilegiado espacio, que se encontraba en desuso y que tanto vecinos como turistas puedan aprovecharlo, como un elemento más de este concurrido trazado.

Y es que la vía verde, que conecta Benicàssim con Orpesa y que transcurre entre montañas y acantilados, junto al mar, se ha convertido en uno de los atractivos más fuertes de la zona y uno de los lugares preferidos para caminar o practicar deporte.

LOS ORÍGENES // La parcela pertenecía a la infraestructura ferroviaria de la antigua vía y pasó a ser de la ciudad cuando el consistorio consiguió y cedió los otros terrenos a Adif. Entonces, la antigua vía se convirtió en municipal, como recuerda el edil de Urbanismo. Concretamente, en este suelo «estaba la casilla del guardabarreras y la caseta del paso a nivel porque antiguamente antes de construir la rampa que sube hasta la urbanización Platgetes, la carretera nacional pasaba por debajo del puente de hierro», tal y como puntualiza Díaz.

En un principio, el Ayuntamiento de Benicàssim intentó definir, hace varios años, el desarrollo de este terreno a través de un concurso de ideas con el Colegio de Arquitectos de Castellón pero, finalmente, no pudo materializarse este convenio. La intención era promover una zona lúdica y de servicios en este espacio de 800 m2 y situado al comienzo de la senda desde Benicàssim. También se pretendía dotar a la zona de un quiosco integrado en el entorno que, por el momento, se ha quedado en standby.