El pleno del Ayuntamiento de Benicàssim aprobó ayer la modificación de la ordenanza del impuesto de bienes inmuebles (IBI) para el 2017, con los votos a favor del PP y ARB, la abstención de Ciudadanos y PSPV, y el rechazo de Compromís y Ara Benicàssim. La medida supondrá una reducción del 8% en el valor catastral de los inmuebles y un 2% menos en el importe total del recibo, según explicó ayer la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués.

La bajada del impuesto ha sido posible gracias a la concesión, por parte del Ministerio de Hacienda, de la aplicación de un coeficiente reductor del 0,92, que supondrá una bajada de valor catastral en el municipio del 8%. Esta autorización responde a la solicitud del propio consistorio, mediante una moción plenaria, teniendo en cuenta que ya ha pasado una década desde la última revisión catastral en la ciudad.

menos ingresos // La aplicación de este coeficiente supone una caída de ingresos de 1.200.000 euros que, sumados a los 2,3 que han dejado de recaudarse en los últimos tres años, ponen a las arcas municipales en una difícil situación a la hora de afrontar servicios comprometidos con la ciudadanía, como la gratuidad de las escuelas infantiles, el transporte o la enfermera escolar y los libros de texto. La situación resulta complicada también a la hora de poder acometer inversiones importantes para el municipio, según explicó ayer Marqués.

Por este motivo, el gobierno local ha decidido, «asesorado por el equipo económico municipal», ajustar el tipo de gravamen, subiéndolo cuatro puntos, del 0,52 al 0,56, «para poder afrontar la estabilidad económica del presupuesto». Este punto permitirá generar cerca de un millón de euros de ingresos, que contribuyan a compensar la pérdida de 1.200.000 euros. Finalmente, se dejarán de recibir, en el 2017, cerca de 300.000 euros por el IBI.

De este modo, la intención es poder llevar adelante también algunos de los proyectos más demandados por los vecinos y que fueron consensuados en las mesas de inversiones prioritarias entre todos los partidos, como la prolongación de la CV-149, el barranco de Farja o la adecuación de la calle Bisbe Serra, entre otros proyectos. La primera edila remarcó que Benicàssim es «uno de los municipios con menor presión fiscal de la provincia».