Benicàssim Belle Époque se ha convertido en uno de los eventos más importantes en la agenda de los miles de turistas y visitantes que llegan a la localidad al final del verano. Este año, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Turismo, ha realizado de nuevo un esfuerzo de coordinación y programación de esta espectacular recreación histórica de principios del siglo XX, que alcanzará ya su 8ª edición.

A partir de mañana, el paseo Pilar Coloma volverá a convertirse en el lugar que dio origen al turismo de costa. Tres jornadas en las que se recreará cómo vivían Els Senyorets, calificativo que recibieron las familias que veraneaban en la zona conocida como Las Villas, caracterizada por sus majestuosos palacetes y residenciales junto al mar.

Benicàssim Belle Époque también es un viaje a la época donde la burguesía castellonense disfrutaba del clima y de los baños de mar. Y es que hubo un tiempo en que ir a la playa no era sinónimo de conseguir un bonito bronceado o darse un chapuzón. Hace apenas cien años, el turista ofrecía un perfil muy diferente del actual y los objetivos de una feliz estancia en la playa iban por otros derroteros. Esta es una de las escenificaciones que se han ido repitiendo durante todas las ediciones en las que se pone de manifiesto que los baños de mar eran sinónimo de curación, así como el marco perfecto para pasear, tomar el fresco y dejarse ver.

Esta cita es una ocasión inigualable para peinarse a la moda, adquirir los productos más originales en el mercado modernista, hacer una ruta guiada o bailar en una auténtica verbena de la época. También se podrá realizar un taller de fotografía analógica o participar en los numerosos juegos infantiles. Como novedad, este año se realizará una exposición de trenes como recuerdo del comienzo de la actividad turística en Benicàssim.

Por su parte, la Verbena Belle Époque se convertirá en el lugar perfecto para bailar, charlar y reír, así como para disfrutar de los mejores puestos de bebida y alimentación. Además, contará con las actuaciones musicales y los bailes de agrupaciones locales. Por si fuera poco, los asistentes a la verbena podrán divertirse con el baile del farolillo.

En esta edición, el colofón lo pondrá un castillo de fuegos artificiales en la playa Voramar.