El Ayuntamiento de Benicàssim distribuyó ayer, durante la primera jornada de reparto, un total de 1.069 números para cocinar en la calle en la popular y multitudinaria Fiesta de las Paellas, que se celebrará el viernes 20 de enero, en el marco de la festividad de Sant Antoni. Con el frío y la elaboración de las primeras coquetas en el horno de José Casañ, ya se ha palpado el ambiente festivo durante todo este fin de semana. Y el ritmo siguió ayer, con la elección de los sitios, tras haber cogido turno el domingo.

El Espai de la Música, que abarca una de las partes centrales del recinto y una de las más amplias, fue el punto desde el que más números se repartieron. 339 para ser exactos, desde que abrieron las puertas, una vez tocadas las 8.00 horas y durante toda la mañana; seguido del centro de formación Josep Barberà i Ceprià, el Casal Jove y la Garrofera.

COMPLETO / Este último es el único de los cuatro sectores que se completó al 100%, agotándose los lugares para cocinar en esta zona, que abarca la parte más céntrica del entorno de la iglesia, el corazón de la calle Santo Tomás, Bad Salzdetfurth, la Pau, y parte de las calles Estatut y Bayer. Muchos de los interesados son vecinos y los propios restaurantes, que se apresuran a poder reservar el sitio delante de sus viviendas o establecimientos.

Sin embargo, las colas este lunes duraron poco, como está ocurriendo desde que se divide el reparto en cuatro edificios, y en apenas unas horas habían pasado todos. El consistorio había previsto alrededor de 2.000 números, de los cuales aún quedan cerca de un millar, que se pueden reservar estos días, acudiendo directamente al ayuntamiento. Se podrán adquirir hasta dos jornadas antes de la celebración.

Uno de los primeros vecinos en llegar este año a hacer cola fue Marcos García, en el Espai de la Música Mestre Vila, que acudió a las 4.00 horas del domingo, donde se fueron sumando poco a poco otros benicenses. A primera hora de la mañana se efectuaron unas listas para guardar turno y, por la tarde, se entregaron unos tíquets que velaban por mantener ese orden de cola, como se ha hecho a iniciativa ciudadana estos últimos años, con el objetivo de evitar largas esperas y que la gente pase la noche en vela.

Para ello, un grupo de voluntarios pertenecientes a la Comisión Especial de la Fiesta de las Paellas hizo guardia durante toda la noche en el edificio de la Garrofera, el único que se mantuvo abierto, para que la gente que llegara pudiera seguir apuntándose. Con todo, este sistema está suscitando ciertas quejas entre parte de los ciudadanos, que no ven que sea la fórmula idónea, frente a otros que lo acogen con agrado.

Al reservar sitio con un número, también se procede a entregar las fianzas para las mesas y hierros y, además, se hace un donativo por la leña que se destinará a las asociaciones locales Cáritas y San Vicente de Paúl.

La alcaldesa, Susana Marqués, espera poder repetir o batir el éxito de las alrededor de 30.000 personas congregadas durante los últimos años, «aunque dependerá mucho también del tiempo que haga». Ese día, la localidad se convierte en «la capital de la provincia», resaltó Marqués.