Futuro para Santa María del Mar. Un inversor ha comprado esta villa, situada en una de las parcelas más privilegiadas de Benicàssim, en la entrada de la vía verde, cerca del Palasiet, con una de las mejores vistas del litoral. Proyecta restaurarla para convertirla en un atractivo hotel de lujo.

La vivienda, que se construyó en 1930, fue una de las últimas de la generación de inmuebles que se alzaron muy cerca, en el paseo Pilar Coloma y Bernat Artola, a finales del siglo XIX y principios del XX, a primera línea de las playas Voramar, l’Almadrava y Torre Sant Vicent, en los inicios del turismo de la localidad.

Durante muchos años fue residencia de las hermandades del trabajo. Pero los últimos ha permanecido en estado de deterioro por su falta de uso y mantenimiento. Pese a que fue comprada hace un tiempo por varios empresarios castellonenses, con la intención también de crear un hotel con encanto, la iniciativa emprendedora nunca prosperó y se optó por ponerla en venta.

El nuevo inversor, procedente de Ucrania, ha trasladado sus intenciones para el recinto, en el que baraja habilitar solo ocho habitaciones, pero todas suites, en lugar de las 12 que contemplaba la propuesta de los anteriores.

Para hacerlo posible, la rehabilitarán y construirán en su interior cocina, cafetería y correspondientes salones, aparte de las alcobas. Eso sí, todavía no se ha presentado la licencia de obra al Ayuntamiento de Benicàssim.

La villa se encuentra en un lugar ahora muy de paso, desde la creación de la senda, en la antigua vía de tren, una de las más transitadas de la provincia que pasa junto acantilados y el mar; y preferidas para pasear o practicar deporte por numerosos vecinos, turistas y visitantes.

Además, recientemente, el consistorio adecuó la parcela municipal que se encuentra justo al lado de Santa María del Mar, que permanecía en estado de abandono, localizada también en un terreno privilegiado con impresionantes vistas a las playas. Ahora, cumple función de área de descanso para los viandantes o deportistas, con bancos y fuentes para beber agua y recargar energía, tras el recorrido que conecta con la localidad vecina de Oropesa por la costa. El trayecto también transcurre por las calas de la Renegà y torres vigía, otros de los principales atractivos de la conocida vía verde.

Dado el éxito del recorrido, esta zona destaca por su dinamización y registra gran movimiento desde que se eliminó el antiguo trazado del ferrocarril. Hace pocos años también abrió sus puertas el Club Palasiet, un sofisticado restaurante con una terraza colindante al carril bici que sirve de entrada al camino. A escasos metros se encuentran también El Palasiet y el Hotel Voramar.