En abril del 2010, el Ayuntamiento de Vinaròs decidió plantar un gran árbol en la rotonda del cruce entre las avenidas Pío XII, Pablo Ruiz Picasso y Castelló. Fue una de las medidas más comentadas en la ciudad y que dio pie a la creación de un grupo en Facebook con el nombre ¿Se puede saber qué clase de árbol han plantado a la rotonda de Mercadona?, que alcanzó cerca de 800 personas adscritas. En ese foro especulaban respecto a qué tipo de árbol habían plantado en la glorieta y también opinaban sobre si gustaba o no. El ejemplar en cuestión es un ficus nitida, más conocido como laurel o ficus de la India. ¿Su procedencia? Fue la donación que realizó un vecino de Benicarló, porque los terrenos donde lo tenía estaban afectados por un programa urbanístico.

«Nos lo ofrecieron y consideramos que era una lástima que lo tiraran o quemaran, y por eso decidimos adoptarlo», explicó en su día el edil de Obras y Servicios de la época, Agustí Guimerá.

El dueño del árbol lo ofreció en un primer momento al Ayuntamiento de Benicarló, pero no alcanzaron un acuerdo, por lo que finalmente lo cedió a Vinaròs, donde desde hace una década preside la entrada sur. Posiblemente, por este motivo lo bautizaron como Bertomeu y, en aquel momento, este hecho reavivó la vieja rivalidad entre las dos poblaciones vecinas.

Evolución

Al principio, le costó arraigar. Las imágenes iniciales eran desoladoras por el aspecto tétrico y moribundo que presentaba. Y hubo peticiones de algunos ciudadanos a las autoridades para que lo retiraran, argumentando que parecía sacado de una película de terror. Pero con el tiempo, su evolución ha sido espectacular y ahora luce en todo su esplendor. Desde que fue replantado en Vinaròs, una de las bromas recurrentes de algunos medios de comunicación para el día de los inocentes es su retorno a Benicarló.