Los vecinos de Betxí cumplieron ayer --y lo hicieron a lo grande-- con la tradición de subir en romería a la Muntanyeta de Sant Antoni para honrar al patrón en su ermita y, a su vez, disfrutar de una completa jornada en compañía de amigos y familiares.

Un total de 3.000 coquetes de aceite y sal repartió por la mañana el Ayuntamiento en el Camí Sant Antoni, en pleno término municipal y rodeados de naranjos. Poco antes, había partido la comitiva desde la iglesia parroquial, desde donde los quintos del 2017 sacaron la imagen de Sant Antoni en una peana.

El río de vecinos camino de la Muntanyeta fue inmenso. Lo encabezó la Colla de Dolçainers i Tabaleters y lo cerró la Unió Musical de Betxí. Desde el Ayuntamiento estiman que en la jornada subieron hasta el emblemático lugar unas 4.000 personas, entre ellas, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu.

El día amaneció con amenaza de viento, pero se permitió hacer las típicas hogueras en la ladera del monte. Aun así, los bomberos ordenaron apagar algunas de ellas por el riesgo de incendio que suponían. «De 11.00 a 12.00 horas aumentó el viento y varias fogatas tuvieron que sofocarse al ubicarse en zona peligrosas», explicó el alcalde, Alfred Remolar.

Salvo esta anécdota, el tiempo les respetó hasta las 16.00 horas «y eso era lo más importante», puntualizó Remolar, quien añadió que «aunque hacía el aire fresco, el sol se agradeció».

De esta forma, a la habitual misa siguió la multitudinaria torrà para la comida campestre.