El Ayuntamiento de Betxí sigue haciendo los deberes en materia económica y esta semana ha roto "la barrera psicológica" de los dos millones de endeudamiento y para situarse en 1.950.000€. Esto significa, fundamentalmente, que el equipo encabezado por Alfred Remolar ha conseguido en estos cinco años voltear totalmente la dramática tendencia en que las arcas municipales habían entrado en el periodo 2007-2011. De hecho, una de las primeras decisiones tomadas por el equipo de Remolar fue la redacción de una auditoría interna para saber el estado económico del consistorio. Así, este informe mostraba que en junio de 2011 la deuda betxinense ascendía a 4.186.188€, con casi 900.000€ en facturas impagadas. De aquella fotografía se ha pasado a la actual, con una tesorería saneada, una deuda bancaria por debajo de los 2 millones de euros y con la práctica inexistencia de facturas por atender. "En estos momentos se está pagando a los proveedores en menos de treinta días y durante los últimos cinco años no hemos pedido ni un solo préstamo a los bancos", destaca Salva Rius, concejal de hacienda. "Pocas cosas quedan por inventar en esta vida y, en materia económica, aún menos". Por ello, la clave del cambio de la situación económica del consistorio radica fundamentalmente "en no gastar más de lo que se tiene, en eliminar los gatos superfluos e innecesarios y en hacer inversiones productivas y sostenibles". Y todo esto se ha conseguido, además, "sin aumentar ningún impuesto", ha destacado Remolar.

Las cifras hablan por sí misma. Desde la entrada del equipo de BLOC-COMPROMIS, los resultados anuales han sido siempre positivos (a excepción del 2011, que fue compartido por populares y nacionalistas). Por ello, se ha pasado de tener un resultado negativo de -686.000€ en 2008 a tener un superávit de cerca 2 millones de euros en 2015. "Esperamos terminar el año continuando con la buena tendencia de los últimos años, lo que nos permitirá seguir haciendo importantes inversiones para el próximo ejercicio". Remolar ha destacado, por último, que "con los números en la mano, prácticamente podríamos decir que estamos en disposición de eliminar toda la deuda actual pero lamentablemente la ley de racionalización no nos lo permite".