El chef Toni Domínguez y Lidia Cantó, gerentes del Cotton & Art Wine --local situado en la calle Sant Antoni de Benicarló--, han dado una vuelta de tuerca al concepto de cocina-fusión combinando arte culinario y fiesta fallera en su nueva propuesta gastronómica.

El resultado son 13 bocados delicatessen, a modo de pincho; uno por cada una de las agrupaciones josefinas de la cuidad. «Me rondaba por la cabeza hacer algo para celebrar que las Fallas han sido declaradas por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero quería que fuese algo de aquí, a modo de pequeño homenaje a las de Benicarló y, hace cosa de dos semanas,se me ocurrió que qué mejor reconocimiento que crear un pincho para cada una, inspirado en la idiosincrasia de cada entidad y bautizarlos con sus nombres».

Los creadores no ocultan su satisfacción por la buena acogida que ha tenido la idea y por «la respuesta de todas las fallas y de la Junta Local, a la hora de autorizarnos a usar los escudos y nombres de las comisiones», apunta Toni. Incluso una integrante de El Grill ha cedido al local un ninot de 22 años de antigüedad.