Borriol inició ayer la demolición de la antigua fábrica de cerámica de Leoni que llevaba 10 años sin ninguna función. Máquinas pesadas ejecutaron las primeras actuaciones para despejar el espacio y eliminar los restos de la nave que había sufrido derrumbes y estaba en ruinas.

Tras los trabajos, con un coste de 35.000 euros y una duración aproximadamente de un mes, la zona mejorará en estética y seguridad, convirtiéndose en un solar “decente” que evitará “la mala impresión que daba en una de las entradas al municipio, al lado de la CV-10 y a tan solo 800 metros de distancia del casco urbano”, según el alcalde, Silverio Tena.

El Ayuntamiento precintó estas instalaciones a finales del 2014 para garantizar la seguridad de las personas, tras los saqueos que sufrió esta azulejera que dejó de funcionar hace una década. El riesgo de desplome era total y los vecinos advertían del peligro que suponía por su dejadez.

Por ello, el consistorio lleva años reclamando soluciones, “hemos tenido que hacer muchas gestiones, cumplir protocolos, ha sido un proceso muy costoso en cuanto al tiempo”, señaló Tena.

Los terrenos afectados fueron adquiridos hace dos años por Azuliber, Caixabank, Bankia, BBVA y SGR. Estas compañías afrontan el pago de la demolición. Respecto a su futuro, lo decidirán estas entidades, “no sabemos que querrán hacer, si lo venderán, o se utilizará de nuevo para la industria, lo importante es que estamos satisfechos y se garantiza la seguridad”, informó el munícipe. H