Borriol derribará a principios de agosto, si se cumplen los plazos previstos, la antigua nave cerámica de Leoni. Una fábrica que presenta estado de abandono, con un claro riesgo de desplome, por lo cual el Ayuntamiento la precintó a finales del año 2014 para evitar posibles accidentes.

Finalmente, el consistorio derruirá en unos días estas instalaciones y para ello contratará los servicios de una empresa especializada. Las trabajos costarán 35.000 euros y, según explicó el alcalde, Silverio Tena, la demolición será posible “tras realizar muchas gestiones, pero era muy necesaria porque el edificio está en muy mal estado, supone un gran peligro, más teniendo en cuenta su estructura de hierro”.

La nave se encuentra a tan solo 800 metros del casco urbano y el ejecutivo local abrió en su momento un expediente por infracción urbanística para posibilitar el derribo. La fábrica lleva cerca de 10 años cerrada. Un elemento urbanístico a punto de caer en el que las autoridades pedían responsabilidades a los propietarios.

VÍA JUDICIAL // Tras acudir a la vía judicial, los responsables del solar y, por tanto, de las antiguas oficinas y fábrica, están obligados a afrontar el coste de la demolición. “De momento, están pagando, y faltan 10.000 euros, por lo que a principios de agosto esperamos que se ejecute la acción, aunque se podría retrasar, pero cuando todo esté preparado los trabajos comenzarán”, explica el edil de Urbanismo, Simón Francisco.

En septiembre del 2014, Mediterráneo hizo públicos los constantes saqueos que se producían en esta nave y el precintado que efectuó la Policía Local y la Guardia Civil. A pesar de ello, los robos no han cesado en este espacio. H