Borriol concluye el domingo las primeras jornadas de piedra en seco con dos actos: la excursión de los participantes a los abancalamientos históricos de los siglos XVIII y XIX, y el homenaje a los paredadores históricos que todavía están con vida.

El primero de los actos tuvo lugar en los conocidos barrancos de Cominells y del Fontanar, que desde su base hasta la misma cima, cuentan con cerca de medio millar de hiladas de bancales, lo cual les convierte como uno de los exponentes más sobresalientes e importantes de este tipo de arquitectura popular en todo el mundo. En dicha visita, se pudieron constatar las construcciones de los caminos empedrados, que circundan todo el término municipal de Borriol en forma de sendas y caminos.

Además, se pudieron visitar las casetes de volta para pode explicar in situ la técnica de aproximación de hiladas que caracterizan la cubierta abovedada de este tipo de construcciones milenarias. En lo concerniente al uso de la piedra para finalidad agrícola también se visitaron los conocidos “orons”, construcciones que envuelven los algarrobos y otros árboles frutales de secano para protegerlos de las humedades y las aguas.

Uno de los puntos más relevantes de la jornada ha sido el homenaje que se ha organizado para conmemorar la dedicación de décadas al trabajo de una quincena de borriolenses, que dedicaron sus vidas a la construcción de paredes, ribazos y todo tipo de construcciones de piedra en seco tanto en Borriol como en los municipios circundantes de la Plana, entre los que se encuentra Castelló, que era una demandante asidua de los trabajos de los del municipio vecino. El merecido homenaje ha servido para reivindicar también a las instituciones la creación de una Formación profesional que contemple esta técnica de trabajo ancestral para que las nuevas generaciones puedan aprender el oficio de sus antepasados.