Borriol fue tierra de rinocerontes. Concretamente, lo era hace 1,3 millones de años, en la época del Pleistoceno Inferior, tal y como constatan unos huesos encontrados, de forma casual, en una cueva de la localidad. Un espeleólogo de la Vall d’Uixó, Héctor Cardona, halló los restos y los depositó en el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) para investigarlos.

Tras un estudio preliminar, los expertos concluyen que se tratan de partes poscraneales correspondientes a un ejemplar de Stephanorinus etruscus, un rinoceronte de pequeño tamaño, en comparación a los actuales, que vivió en los bosques del territorio que ahora ocupa la comarca de la Plana Alta.

«Los huesos están muy bien conservados y su restauración está en marcha, con un tratamiento inicial de limpieza y posterior consolidación de las piezas. Esperamos hacer un análisis completo e interesante, ya que es una especie poco conocida, de la que no hay mucho conocimiento de su estancia en la zona, coincidiendo con presencia humana. Los resultados nos aportarán datos sobre cómo era el medio ambiente en aquel periodo», subraya el jefe de sección de arqueología del IVCR+i, Rafael Martínez.

El especialista también destaca el papel del azar: «La cueva donde Cardona encontró los huesos era de difícil acceso, con diversos conductos. Es un descubrimiento importante para el estudio de aquella época».