A las 12.00 horas y a las 17.00, hora taurina, se dispara el cohete que anuncia la entrada en el recinto del primer astado. Así comienzan cada día de fiesta los bous a la mar en la explanada del puerto de Benicarló. En los cadafals, el público anima a los mozos, y a alguna osada moza, que citan a las reses intentando llamar su atención. El objetivo está claro, conseguir que la vaca termine tirándose de cabeza al agua. Y lo logran.

Es más, en varias ocasiones el astado no necesita siquiera que le hagan un amago en la carrera, y de forma totalmente voluntaria la vaca es la espontánea que burla a los corredores y ella misma se da el chapuzón, quizá con la esperanza de aliviar de alguna manera el sofocante calor del verano. Y es que este año, más que nunca, están haciendo honor a su nombre.

Los encierros tendrán este año un protagonismo especial, ya que la comisión de fiestas ha organizado una espectacular entrada, con reses de la ganadería de Ramón Ángel Marín, para el próximo sábado a mediodía, en la que se darán suelta a, nada más y nada menos, que a 30 astados, que atraerán tanto a aficionados como a vecinos.

El martes se celebró el concurso de lanzamiento de jamones por categorías, divididas en infantil, femenina y masculina. El acto fue patrocinado por la peña el Mechero y consiguió una elevada participación. H