El Ayuntamiento de Burriana saca a licitación el servicio de captura de palomos asilvestrados con el objetivo de reducir su población. En el 2017 se realizaron las primeras actuaciones en este sentido, algo que volvió a repetirse el pasado año, y que logró reducir sensiblemente el número de estas aves en el casco urbano.

No obstante, después se produjeron unos meses de paralización en el control de la población y eso se tradujo en un apreciable repunte de la población. La justificación a la medida es su alta tasa de reproducción, con un ritmo de nacimientos de pichones de 33 días, con factores favorables como el tiempo y el alimento.

Durante los últimos meses se registró una inactividad en estas estrategias de control de la población, con lugares como los de la Bosca, que volvieron a registrar una colonia importante de este tipo de animales silvestres.

FUENTE / Un problema añadido fue la acción de una persona que, intencionadamente, taponó el desagüe de una fuente pública con el consiguiente estancamiento de agua y la presencia de las aves, que causó la intoxicación de una niña de corta edad. El consistorio sustituyó la fuente por otra que no se puede obstruir, para evitar nuevas incidencias y problemas de salubridad.

Las medidas para minimizar su presencia consisten en la captura de ejemplares vivos con las jaulas que el consistorio construyó expresamente. Una vez allí, se diferencian entre los que tienen infecciones y los que no. Además, se les suministra pienso con productos esterilizantes para reducir su reproducción.

Además de la Bosca, hay otras zonas del término burrianense, como la plaza de les Monges o el entorno de Quarts de Calatrava, donde también se concentra un número importante. Los contratiempos generados por la sobrepoblación de estos animales también afectan de manera especial a los aficionados la colombicultura, ya que a menudo atraen a los palomos deportivos, de modo que no regresan a sus dueños.