Burriana rindió honores ayer a su patrona. Como cada 8 de septiembre, los actos religiosos tomaron el protagonismo de la semana de fiestas con motivo del día de la Mare de Déu de la Misericòrdia. A media mañana se ofició la misa en la basílica del Salvador presidida por el vicario Pedro Cid y concelebrada por dos decenas de sacerdotes.

A la eucaristía no faltaron las reinas falleras y buena parte de la corporación municipal, así como de las Damas de la Misericòrdia, que ocuparon un lugar presidencial y participaron activamente en la celebración, por cuanto son las encargadas de cuidar y preparar los actos religiosos dedicados a la Virgen, como la presentación de los niños --el pasado sábado-- o la Vigilia de Oración de la noche anterior a la festividad, pero también de los preparativos de la procesión vespertina de ayer.

Tras la misa, desde la basílica partió el desfile procesional, al que asistieron peñistas y falleras, vecinos y devotos, y que discurrió por las calles Major, Puríssima, Sant Joaquim, Sant Vicent, Plaça El Pla, Barranquet, Pla de Sant Blai y de nuevo la calle Major para regresar al templo más de una hora después, ya de noche.

HONORES // De nuevo, el de ayer fue un desfile en el que destacó el fervor por la Misericòrdia. Y es que, a lo largo del recorrido, la patrona recibió una abundante lluvia de pétalos de rosa, mientras que, recién regresada a la basílica del Salvador, se le ofrecieron los tradicionales gozos. La Salve de la Coronación fue el canto de despedida y uno de los instantes más intensos y emotivos.

Aún con todo, hubo tiempo para otro tipo de actos festivos, como el concurso de allioli organizado, un año más --y ya van siete consecutivos--, por la peña Ha tuke tinporta, en el Camí d’Onda; un taller medioambiental o la actuación de Ximo Bayo, preparada por El Rancho Alegre.