Los vecinos de Burriana se volcaron ayer en los actos en honor a la Mare de Déu de la Mercé, que tuvieron su momento cumbre en la procesión vespertina. La devoción a la Mercé está muy arraigada entre los vecinos del barrio que lleva su nombre. Además, se trata de unos festejos que aúnan la religiosidad con la tradición de los típicos gegants y cabuts desde los años 20 del siglo pasado.

Precisamente ellos fueron los encargados de abrir el desfile procesional que tuvo lugar tras la misa vespertina de las siete y a la que asistieron las autoridades, reinas falleras, diversas comisiones josefinas y también la cofradía de la Virgen y sus devotos. Antes, por la mañana, ya hubo una misa, seguida del volteo de campanas que pregonaba la festividad de la titular de la parroquia.

Al igual que en la jornada anterior, fueron centenares los niños que encabezaron la comitiva popular que precedía la procesión. El motivo de su asistencia no era otro que el de disfrutar con los cabuts que les perseguían para propinarles los típicos carxots. Junto a los cabezudos desfilaron también los gigantes que bailaban al son marcado por la Colla de Dolçainers i Tabaleters.

Mientras, las reinas falleras, Mar Zamora y Anne Alós, precedían una amplia representación de las cofradías locales. Y las integrantes de la corte de la Virgen, ataviadas con teja y mantilla, abrían paso al anda con la imagen, mientras que unos niños con el tradicional vestido de cautivo simulaban arrastrarla. La Agrupació Filharmònica Borrianenca cerró el cortejo.

Pero los actos no acaban ahí, ya que este sábado, a las 21.30 horas, tendrá lugar el porrat que prepara la propia comisión fallera de la Mercé en la calle del mismo nombre. Para participar en el mismo, aún se puede recoger el tíquet en el casal de la falla, en horario de 19.00 a 21.00 horas.