Burriana todavía no tiene ningún árbol de propiedad pública protegido, pero esta situación variará, ya que existen al menos dos ejemplares de ficus que están a punto para lograr la distinción. Se trata, por una parte, de la especie que preside la plaza de El Pla. Precisamente, por sus características, tamaño y edad, se le realiza una poda anual con sumo cuidado y marcada en todo momento por expertos que apuntan qué ramas hay que cortar y cuáles no y, en todo caso, siempre lo justo para aclarar la copa.

Ese es el motivo por el que ayer hubo una auténtica lluvia de pequeñas ramas superiores en la poda a la que fue sometido a lo largo de toda la mañana.

El otro ejemplar que está en condiciones de ser protegido se encuentra en el Jardí del Bes y el consistorio ya ha recibido alguna demanda de estudio para su protección. Aparentemente es de mayor tamaño que el de El Pla, aunque a diferencia del primero que está solo, en este caso tiene árboles en dos de los cuatro costados. En la provincia ya hay algunos ficus protegidos como el de la plaza María Agustina de Castellón y otro en Benicàssim.

Lo que sí que tiene Burriana son cuatro árboles con una protección genérica, pero ubicados en parcelas privadas. Se trata de una olea europaea (olivo) de 4,85 metros de altura, un perímetro de tronco de 5,90 metros 8,30 metros de copa. Pero también un ulmus minor (olmo común) de 2,2 metros de altura y dos ejemplares de washingtonia robusta (palmeras) de 26 y 28 metros de altura. Y, como árboles monumentales, el catálogo de la Generalitat recoge 93 ejemplares repartidos por Vinaròs (53), Segorbe (19), Soneja (10), la Vall d’Uixó (5), Sant Mateu (2), Argelita, Benicàssim, Pina de Montalgrao y Vilar de Canes. H