Hasta ahora conocer la historia de Burriana durante la guerra civil española era posible gracias a los testimonios de los que la vivieron y a los estudios sobre este periodo. Pero con la apertura al público del refugio antiaéreo del Camí d’Onda la ciudadanía podrá descubrir con un ejemplo palpable como era refugiarse bajo tierra durante los bombardeos que sufrió la localidad.

La entrada al refugio está situada frente a la iglesia de los Padres Carmelitas, camuflada a través de una estructura de madera similar a un banco que cuando se abre da acceso a unas escaleras que permiten acceder al recinto histórico cómodamente. Una vez iniciado el primer descenso hay un pequeño zigzag previo a los muros antimetralla y a continuación se abre a la vista de los visitantes las galerías que van descendiendo hasta llegar a casi 10 metros de profundidad. El recorrido termina con un muro transversal que, muy posiblemente, da acceso al resto del refugio y a un potencial segundo acceso situado en la calle dels Frares.

El arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, resalta que «nuestra intención es tratar de descubrir en qué dirección continuaba el refugio, ya que conocemos donde estaba la entrada, pero no la salida». Melchor explica que a partir de 1937 la ciudad de Burriana sufrió constantes bombardeos lo que motivó la construcción de diversos refugios antiaéreos donde la población civil pudiera refugiarse. En concreto, este refugio tenía capacidad para casi 1.000 personas y su edificación fue tardía, ya que a finales de abril del año 1938 aún estaba a medio construir.

Este viernes comienzan las jornadas de puertas abiertas que se prolongarán durante el fin de semana y a las que asistirán más de 500 personas. El concejal de Patrimonio, Vicent Granel, valoró muy positivamente que la ciudadanía haya demostrado tanto interés en descubrir los trabajos realizados para «conocer la historia que vivió Burriana durante la Guerra Civil española».