El cuadrante seis del cementerio de Burriana cuenta desde ayer con un monolito en homenaje a las 55 personas que sufrieron la represión franquista. Fue precisamente en este espacio donde se enterraron a algunas de las personas fusiladas y torturadas en la prisión de la Mercé, o que murieron en el hospital tras ser apalizadas y paseadas por la ciudad.

Más de 200 personas asistieron, y muchos de ellos pudieron intervenir, a través del micro abierto en el inicio del acto. Aina Monferrer, del Grup de Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, repasó el trabajo de la entidad y colectivos como la Escletxa de Burriana, para alcanzar la «verdad, justicia y reparación de la memoria de estas víctimas, demasiado tiempo olvidadas».

TESTIMONIO / Una participante, Isabel Marín, nieta de Manuel Marín Falcó, vecino de Vilafranca ejecutado, recordó las vejaciones, mentiras y falta de derechos que sufrió su abuelo. La alcaldesa, Maria Josep Safont, hizo referencia a las terceras jornadas de memoria locales, y enmarcó que este monumento, diseñado por Juan Poré y José Ferrer «simboliza el espíritu de esta recuperación y revisión de nuestro pasado, trabajando en el presente y mirando hacia un futuro más justo».

El edil de Cultura, Vicent Granel, agradeció la «ardua labor» de recopilación de datos y de personas, como la realizada por Juan Ferrandis. «No han querido que nuestra historia se pierda en el olvido y estas personas recobren su dignidad», concluyó.