La localización de la fosa común donde se encuentran los restos de cuatro vecinos de Moncofa --José Belloti Palmer, Manuel Arnau Canós, Amadeo Martí Vila y Estaban Avilés Millán-- fusilados el 29 de marzo de 1939, durante la guerra civil, está más cerca. Los familiares de los fallecidos trabajan de forma coordinada con el Grup de Recerca de la Memòria Històrica de Castellón por lo que se vislumbran próximos los trabajos de exhumación. Los cuerpos se encuentran en un terreno situado en las inmediaciones del deslinde de los términos municipales de Moncofa y Nules, cerca de la rotonda que da acceso a la AP-7.

Durante una visita a la parcela, ahora campo de naranjos pero en aquel entonces tierra baldía, también participó su propietario que mostró su predisposición para ayudar a encontrar la fosa ya que, según los testigos de la época, los cuatro cadáveres están en un único punto a bastante profundidad.

Próxima reunión

Por este motivo, los dirigentes del colectivo y los familiares tienen prevista una reunión con la diputada provincial de Memoria Histórica, Tania Baños, para explicarle la situación. El integrante del Grup de Recerca, Juan Luis Porcar, explica que en el encuentro con Baños esperan abordar la posibilidad que la entidad provincial se implique en la exhumación.

El primer paso sería acudir a la parcela con un georradar para conocer con exactitud dónde fueron enterrados estos vecinos y a la profundidad a la que están. A continuación, se elaboraría un proyecto documentado, con un estudio técnico de geolocalización de la zona, para poder llevar a cabo los trabajos de excavación y recuperar los restos de estos cuatro vecinos de Moncofa. El coste estimado de la labor del georradar es de 2.000 euros mientras que otros 20.000 habría que pagar por la maquinaria para remover la tierra. «En la reunión que mantendremos en la Diputación, conoceremos si este proyecto de exhumación puede incluirse en las subvenciones que el ente habilitará para el 2021», indica Porcar.

En mayo del 2011 Mediterráneo ya se hizo eco de la existencia de esta fosa gracias a Ricardo Juliá que durante años luchó con ahínco para poder recuperar los cuatro cuerpos, entre ellos, los de un tío suyo. En aquel momento se confiaba en poder completar el proceso en menos de dos años puesto que había voluntad para ello. Sin embargo, el tiempo pasó y esperan que pueda ser ahora.