La montaña del Puig de Benicarló tiene, desde hace un tiempo, unos habitantes un tanto singulares. Se trata de un grupo de tres cabras hispánicas que campan a sus anchas por la zona y que, al parecer, provienen de la Tinença de Benifassà.

Los primeros en percatarse de su presencia fueron los cazadores, «creemos que llegaron hasta aquí perdidas, porque nunca antes habíamos visto ejemplares de esa especie en esta zona. Pero como por aquí hay mucha huerta y la montaña es lo más parecido a su hábitat natural, se han aclimatado y establecido en el Puig», explica Antonio Peinado, presidente de la Sociedad de Cazadores San Huberto.

Peinado no oculta su preocupación por la presencia de estos animales, a solo cinco kilómetros en línea recta de la playa. «Causan daños en las cosechas cuando van a buscar alimento y entran en el poblado ibero por los muros, ocasionando el desprendimiento de piedras. Pero lo que más inquieta es que, si son capaces de entrar al poblado, salvando bastante altura, también pueden acceder a la autopista AP-7, que está a escasos metros, y provocar accidentes con consecuencias fatales», alerta.

Además, el representante de los cazadores indica que «no podemos hacer nada, porque para realizar actuaciones precisamos una autorización especial de la Conselleria de Medio Ambiente».

En el Ayuntamiento de Benicarló conocen la situación y han iniciado los trámites para solventarla. La directora del Mucbe y promotora cultural, Lorena Luján, avanza que «solicitaremos una autorización a la Generalitat para poder capturarlas y devolverlas a su hábitat natural, ya que al margen de los problemas que puedan ocasionar, en esta zona hace demasiado calor para ellas».