Los vecinos de zonas donde existe arbolado de grandes dimensiones en la Vall d’Uixó son informados por parte del Ayuntamiento durante estos días porque la próxima semana se desarrollará una medida tan ruidosa --como, al parecer, efectiva-- para combatir la sobrenidificación de estorninos que, como cada año, se produce a partir de otoño al convertirse estas latitudes en destino invernal de estas aves migratorias.

Desde el 16 de octubre, la empresa contratada por el consistorio para este fin ya está aplicando diferentes medidas que disuaden al estornino de nidificar dentro de la localidad, como es el caso de la instalación de luces láser en las copas de los árboles, porque con su propio movimiento se asustan y no nidifican, o con la emisión a través de megafonía del sonido propio de sus depredadores naturales, tanto desde ubicaciones fijas, como móviles.

plan de choque / Aunque el plan de choque definitivo, que ya funcionó de manera eficiente la temporada pasada, es el disparo de pirotecnia y los cañonazos de gas propano, «acciones que no son peligrosas para las aves ni para las personas, porque solo hacen ruido», explicó el concejal de Sostenibilidad, Fernando Daròs.

Y es que este pájaro no es una especie invasora, simplemente completa un ciclo natural que le lleva a «buscar lugares más cálidos para sobrellevar el invierno y de un tiempo a esta parte han detectado que dentro de las ciudades hace más calor que en las afueras y por eso escogen destinos como los ficus monumentales de la avenida Sud-oest», donde se concentra la mayor problemática. Y es que la sobrepoblación resulta tan significativa que causa serias molestias. No solo por el ruido que generan, sino también «por los excrementos, que además de ensuciar la calle, hacen que el pavimento resbale», especificó el responsable del área.

Estas acciones no buscan acabar con las aves, sino lograr que busquen ubicaciones más tranquilas donde instalarse hasta que vuelvan a su lugar de origen, con la llegada de la primavera.